viernes, 13 de junio de 2014

Flor de loto

Esta noche, como muchas otras noches, camino por la antigua gran avenida de mi ciudad. Me siento tranquilo y resguardado por encontrarme a pasos del palacio de gobierno, pero aún así no escaparé de la interminable sed de la resaca matutina mañana por la tarde.
Así como tantas frustraciones se plantean en estos torpes y contrariados pasos, nacen como recordatorios las manchas en un jeans recién comprado y un chaleco mal esquilado, cuando caigo al piso apenas pierdo mi centro de gravedad. Bueno, lo perdí hace mucho, y me recuerdo que estoy manchado y que no puedo avanzar. Quiza deba dejar esas malditas flores.