martes, 19 de agosto de 2014

No tienes idea

Arremeten en mi puerta colores desconocidos, casi como una explosión se plantea una solución y a la vez la confusión. ¿Y si simplemente no esperas que te cuente que me otorgas esa seguridad que no tengo? ¿ no buscamos todos eso? ¿no planteo mis gritos desafinados en la calle con tu nombre por que simplemente no tengo que gritar otra cosa?

Seria simple pensar que es tan simple. Es sensato recurrir a la ansiedad en momentos así y disparar contra el pater, vomitar en su cara el odio y la angustia y así ser más feliz sin serlo. y continuar en tierra de nadie, pero contigo. Espero que comprendas que eso me hace inmensamente feliz, no los vómitos ni las caras desconocidas envueltas en roces mal administrados, ni los secretos mal guardados de grupos de amigos, ni las reflexiones innecesarias de alcohólicos muertos que en su dicha lograron percatarse de las cosas que quizá yo aspiro a alcanzar, sin reconocer que la libertad que necesito la encontrare en un lugar que aun no entiendo, pero al parecer hoy es muy cerca de tu corazón. Aspiro ( ¡tengo una unas tremendas ganas!) de compartir contigo esa inmunda necesidad de estar tranquilo, moviéndonos, alcanzando sueños y caricias que no son pasajeras, percatarme que tomas mi brazo con firmeza y sientes que no debes quitarlo de ahí aunque ello imposibilite mi escape : ¡oh cuanto lo deseo!. Y, al recordar con rutinaria nostalgia lo aprendido de tiempos pasados, sofocar las venas que devuelven todos los miedos y rencores que me hacen mal.
Empezar de nuevo. 
Pienso por eso en ser contigo; no tienes idea de lo bien que se ven tus ojos clavados en los míos.