martes, 24 de noviembre de 2015

Expectativa

Revuelvo por tercera vez la bendita taza de café. 
El dolor de cabeza me agobia después de las interminables jornadas de celebración : Hemos vencido. 
El triunfo se saborea con optimismo, es el reflejo de una época brillante y de los incontables errores de generaciones pasadas.
 Es increíble la forma en la que un simple acto se transforma en un puente que materializa la conexión armónica del pasado, del presente y del futuro. Aún más preciso, es reconfortante como un acto se transforma en la metáfora perfecta para una postura de vida, mi vida y la de mis amigos.
Me siento profundamente agradecido, y a la vez profundamente exigido por esta nueva y compleja alternativa que me enfrenta la vida : Ganar.