domingo, 8 de mayo de 2016

Complicidad

Sus suaves manos pasaron por su pelo. Lo vi apoyarse en su hombro mientras se estremecía, como si no importara nada más que ese momento.
Me despiste y corrí la mirada, mientras le daba un largo trago a la cerveza que tenía en frente.
Los miré denuevo y ahí estaban, todo había vuelto a la normalidad. Hablaban ya con certeza de asuntos menesteres a la contingencia nacional con el resto de la mesa.
No pude evitar tener una sana envidia, y sentir profunda felicidad al seguir observándolos.