A veces pienso en dónde estarás. Qué estarás haciendo en este momento. Te imagino viendo los simpsons, asfixiandote con las malas costumbres que me obsequiaste. Es complicado menear mis dedos sobre estos gritos sin sentir rabia. Vergüenza incluso, imaginarse con un letrero colgado al cuello
¡Que mierda hice para merecer esto!
Tal vez sea divertido para ti. Me creerás en tanto menos original y eficiente. Me imagino tratándome de cobarde o mentiroso, pretender que tu sonrisa sea argumento perfecto para acabar el duelo.
Pero bueno, se que también cometí errores. Me apena que el resultado sustancial de todo en conclusión sea la condena, ya que honestamente- desde este momento- no guardo rencores.
Ahí por donde estés, se feliz.