Amarga es la sensación que provoca la élite,
mirar absortos en desprecio la diferencia
saltar las chances de reconocimiento autentico
por aquellos morbosos y despiadados prejuicios.
Inmerso en una república basada en esos ideales,
me cuesta sacrificar constantemente mi sonrisa
en medida que ésta provoca delirios auténticos
causados por mi poca probidad para fingir.
Que desastre. Nadie se salva de esta mierda.
