Me seduce la idea de comprender en parte, y de manera consciente, que sólo es en parte.
Surgen cuestionamientos nuevos, casi inadvertidos, de mis malas practicas y de los sentimientos que estas involucran.
Es difícil creer, pero aún más tomar una convicción y no soltarla, darle fuerza y matices, y suponer que de esto se trata todo.
Pero no somos ni elecciones (dudo) ni menos propaganda. Somos realidades francas, que se hacen la idea de ver teatro en temporadas de libre acceso u ocultarse tras los muros de una dimensión que pretende maquillar lo evidente, para transformarse en tristes paradigmas de un estilo de vida que es camino a la locura.
Pero ya estoy loco