En lo espeso de las oportunidades perdidas,
Te vi trepando con elegancia un ritual típico en la adultez.
Los pericos atiborrado de información inútil,
Jamás sospecharian de una auténtica rebelde en el sistema.
Fue así como en silencio y penumbras,
Construimos inmersos en nuestra alineación mental,
Un mundo distinto a todos los conocidos, si bien dentro de este,
Precisamente aquello que le otorga la inmortalidad.
Y así estamos día a día,
pensando siempre que es más tuyo que mío,
Viviendo en la habitación aquellas cosas primordiales,
Imposibles en el adoctrinamiento típico de las fauces del pueblo.
Y es que tu eres, admirable valkiria,
Indiscutiblemente lo sorprendente que añoro,
Mientras trato de seguirle el paso a un ritmo
Que no deja de enrostrame lo mucho que cuesta alcanzarte.