o amar tan rápido y tan fuerte.
Y es que suelo pensar de esto
que lo nuestro estuvo ahí siempre,
siempre lo supimos ignorantes.
Pues es que varios lo advertían,
y el mundo una y otra vez nos daba señales.
El paso inclemente del tiempo
tan sólo pudo enfrentarnos inevitablemente.
Aunque sombras dibujaste en papel,
aunque en principio propuse fiera resistencia.
Aunque ambos asumimos en un enlace distinto,
nuestra presencia nunca pudo obviarse,
tus ojos brillantes para mi inolvidables,
una cadena de flores tejida estaba siempre en la memoria.
Hoy caminando por Bustos, Bolivar, Suecia y Almagro,
tomados de la mano,
mirando colores de casas que se asientan ya hace años,
renové la esperanza que traviesa hace un tiempo escapaba.
Mis ojos hoy también brillan.
Por sobre todo al aceptar el compromiso tácito
al que jamás pude eludir, y que por alguna ridícula razón eludia ( bien sabes que soy ridículo).
Así el 2022 me encontró, con un mes el 3,
como el año en que se acabaron la excusas.
Briceño tenía certeza del plazo, y de tal modo lo plasmó en la canción.
Ahora , para ti, siempre estoy (y estaré) con mis brazos abiertos.
Mi corazón te pertenece y ya no importa el tiempo.
Y pues si a alguien le importa, pues bien, lo lamento.
De ahora en adelante este es nuestro propio cuento.