Se vuelven sentimientos arrojados al suelo, como cuando persigues esa mano que te acaricia durante el día y te encuentras con un codo defensor de los derechos manuales. (¿que es eso? )
Pasa cuando sabes que algo anda mal, pero te levantas y sigues por una sonrisa, con un tonito bien idiota para no sucumbir un derrumbe emocional instantáneo.
Luego te repones, vas por un café y sigues como si nada; pero al dormir recuerdas esa sonrisa, ese tonito idiota, esas ganas de frustrar al mundo y el destino en su misión decidida de acabarte.
Cada día me levanto con más pena, es cierto, con un conflicto armado en mi garganta y las ganas de chocar con unos cuantos gramos de plomo ... entonces recuerdo la sonrisa, ese tonito idiota y sigo adelante, no puedo permitirme perder,
menos ahora que soy más fuerte que nunca.