Tras el pánico y el misterio de latentes sensaciones de las cosas que uno no
esperan que te pasen,
Nacen las confusiones y cuestionamientos del valor moral que tienen las decisiones,
la esperanza deontológica de hacer lo correcto, y la espera empírica de no
tener idea que es lo que se espera.
La confesión terrible de tener incertidumbre, y de estimarle corazón a esta
sazón, salpicar los charcos de lluvia pensando en silencio, y abstraerse por
minutos y vidas enteras de ser moderno y concebir la libertad como un bien
preciado y combatido.
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