Francia

Por una parte,me alegra saber lo desesperante que es para ti mi presencia. Sí bien no es bueno, no puedo fingir mi felicidad al darme cuenta que te desespera el peso de mi alma. Y no es por las cosas que haga o no,sí no por las que potencialmente haré. Y es que de dejarme una noche solo a su lado, ya no se interpondrian espacios. Y tal vez sea todo surrealista. Y los besos camuflados que obtuve de su parte no eran más que un pretexto para ver como luchaban por su imagen (perfecta). He de reconocer entonces que estoy cansado de enamorarme de personas que se me escapan ( sea la distancia,el sueño o las irremediables conclusiones), pero tus acelerados celos a una opción imposible me hacen sentir inmortal. No es nuestra situación,  de otra manera ganaría tu respeto, es el corazón inhóspito que me acompaña el que constantemente sale a luchar sin ser amado,  resuelve quererse y reconoce lo construido.
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Autonomía del mancebo

Me hundo en la miserable angustia
mirar mis manos oscurecidas de cenizas,
limpiarlas con lamentos,
leer poesía y seguir respirando.

Anunciar e indicar que cambio todo,
solo para volver al día siguiente
y hacer lo mismo con desgana.

¿Cuál es el sentido de luchar?
Si los logros perfectos no son suficientes,
si los actos hermosos no son obra de otra cosa que la casualidad,
y no quiero entrar en el burdo juego del consentimiento
que es tan penoso, aburrido y patético.

No tranzaré mis principios ni mis metas,
no cambiaré quien soy
menos solo para convertirme en la herramienta de un fin.
Espero que no se te sea tan difícil entender eso,
todos nos equivocamos, todos pasamos por malos momentos.