Me hundo en la miserable angustia
mirar mis manos oscurecidas de cenizas,
limpiarlas con lamentos,
leer poesía y seguir respirando.
Anunciar e indicar que cambio todo,
solo para volver al día siguiente
y hacer lo mismo con desgana.
¿Cuál es el sentido de luchar?
Si los logros perfectos no son suficientes,
si los actos hermosos no son obra de otra cosa que la casualidad,
y no quiero entrar en el burdo juego del consentimiento
que es tan penoso, aburrido y patético.
No tranzaré mis principios ni mis metas,
no cambiaré quien soy
menos solo para convertirme en la herramienta de un fin.
Espero que no se te sea tan difícil entender eso,
todos nos equivocamos, todos pasamos por malos momentos.
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