martes, 25 de octubre de 2016

Esquivo

Esa puta necesidad de tener un teclado,
evitando hacer un lío por discusiones de género, 
cuándo todo se vuelve tormentoso y la angustia te cala el alma.


Y el llanto se precipita a borbotones por los oídos,
ya que tus ojos, que son las puertas al alma,
están intoxicados verificando que el camino no sigue intacto.


Y sabes que no está intacto.
No es posible que permanezca intacto.
No después de tanto joderte jugando a ser el héroe,
En un mundo lleno de ambiciones realistas,

para poseer todo de maneras simples,
evitando dificultades necesarias.

Y tú sigues de pie en una corteza impenetrable,
que se reduce a polvo en medio del universo de posibilidades,
sin tener un puto teclado donde escribir de manera coherente
las sensaciones que aparecen derrepente,
cuando la realidad parece asfixiarte
y el dulce sonido de una voz que confía
te recita amor y convicciones
De un mundo que no parece alcanzarte a tiempo.

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