Hay quienes buscan tener una vida de cuento, si bien nadie les dijo que era fácil.
Piensan en princesas, principes, ranas.
Piensan en novelas dramaturgas clásicas, en conocimiento utópico y problemas tópicos clásicos.
Otros, inmersos en la fantasía, buscan un escape constante, y añoran el día en que sus vidas dejen de ser narraciones extraordinarias, y comiencen a tonar un poquito más de sentido.
Sólo un poco. Total, quien dice que la locura no es del todo buena.
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