Arrancame por un segundo la voz
Con tus esquivos y pasajeros labios
La resequedad que otorga alivio atroz
A mis desafortunados cuentos almibarados.
Es más fácil decirlo que hacerlo.
Ya que dar una propuesta erratica constante,
O ser solitario y distante
Se estila como verdad tajante.
Y que difícil es tenerte cerca,
que lo aceptes siendo tan terca.
Cuando ni tu puedes quitarme la voz,
Ni yo puedo decir una palabra.
Y me extraña,
Que estando tan despierta
Y tan preparada
No permitas, o no entiendas
Que es justa eso lo que me atrapa.
No hay comentarios:
Publicar un comentario