El dramatismo del momento, la antesala al evidente fracaso me recordó lo poco probable que es que resulte un amor. Es decir, fuera de la evidente felicidad, del amor correcto invertido en el momento justo, soy un idiota : el que condenado a vivir en soledad estampa este manifiesto.
Veo, con indolente molestia, que todos los (mis) amores son felices ( creo), lo que me me hace pensar que soy transición a un mejor momento. Y bueno , en la totalidad no es eso cierto. Es que las personas estamos incompletas, rotas, y somos muy desafortunados. Y digo nosotros, como para parecer comprendido, ya que por la tristeza ausente y repentina hay quienes se quiebran y no vuelven, jamas, a ser lo que son o fueron , y en ello yo se que les llevo ventaja: ya no se que puede resultar sorprendente.
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