domingo, 29 de marzo de 2020

Patrañas

Lo peor de todo este encierro 
Es que, de manera inevitable, 
La mente te comienza a jugar trucos.

decadencia

No hay sangre derramada
El enemigo es invisible
Las espadas ya son parte de otro tiempo 
Las cruzadas y las historias son pasado
En el mundo se prepara una emboscada
Desde el confinamiento impredecible

Yo no espera casi nada
Nada nada de nadie
Por eso, cuando mi muerta sea una lista para la asistencia, 
Cuando se formen un puñado de lagrimas por mi inexistencia 
Pretenderé parecer preparado y porfiado a lo sugerido
Me llevantaré de la tumba y tomare un café, 
Me quedare despierto hasta poder despedirme de todos, 
Y confiaré en que pueda despedirme

El box

Golpe al bajo vientre, golpe al higado. Logro mantenerme en pie y doy dos pasos evitando los jap. 

Lo miro a los ojos. El ojo que aún me queda bueno al parecer parece amenzante. Thanks God

Tocan la campana, y me devuelvo a la esquina como si nada hubiera pasado. Apenas me quedan fuerza que forzar y debo esforzarme. 

Suena la campana, vuelta al ruedo. 
Este tipones algo más bajo que yo pero sus golpes son de ruda rudeza. 
Las cacofonías se hacen inevitables en mi mente. El dolor en mis costillas hacen mi defensa evidente. Sólo un golpe, pienso.

Bailan mis pies frente a él. Su sonrisa hace parecer sus guantes ligeros, más no puedo permitir a un tipo sonriendo en medionde la pelea. 

Me compongo, tomo postura y comienzo a golpear.
 1. 2 . 3  va forzado a las cuerdas
4.5. Esquiva, casi me deja adentro, vuelvo . 6 fuerte, a la esquina. 
Tomo distancia, aprovecho mi estatura. Jap corto. Creo que ya no puede verme. 
Amago a la izquierda, un espacio en su defensa: 
Uper con derecha y al piso. La cuenta a 10. Suenan las campanas. He sido derrotado. Debería dejar esto del box imaginario.