El enemigo es invisible
Las espadas ya son parte de otro tiempo
Las cruzadas y las historias son pasado
En el mundo se prepara una emboscada
Desde el confinamiento impredecible
Yo no espera casi nada
Nada nada de nadie
Por eso, cuando mi muerta sea una lista para la asistencia,
Cuando se formen un puñado de lagrimas por mi inexistencia
Pretenderé parecer preparado y porfiado a lo sugerido
Me llevantaré de la tumba y tomare un café,
Me quedare despierto hasta poder despedirme de todos,
Y confiaré en que pueda despedirme
No hay comentarios:
Publicar un comentario