Domingo de vuelta a Santiago en medio de la oscuridad y la niebla,
aparecen claros en los brillantes aparatos celulares de los pasajeros del bus,
ya me siento más tranquilo (quizá) por lo que retorno (casi) sonriente,
más la melancólica existencia me mide siempre con la misma vara.
¿Es que acaso estoy condenado a escribir siempre con el mismo tono y estilo?
tal vez solo necesito dejar de pensar en aquello que no es.
pero , ¿y qué es?
10 años me tomo tener una respuesta certera a la pregunta del doc:
Lo que es es el Ente, y lo demás son las cosas que son.
como ya entiendo lo que es y las cosas que son,
con justicia ahora puedo pensar en lo que fue.
Los lutos siempre son un tema delicado,
aún peor cuando todo ocurrió hace tan poco, y con tanta fuerza.
Que difícil que es recuperarse.
Que difícil es acompañar la pena.
La alegría siempre pasajera
solo nos evoca con más fuerza el presente.
Sabe él que he cambiado.
Sabe ella pues me ha visto.
Lo sé yo pues he viajado al interior.
Han de saberlo todos muy pronto, es mejor.
Ya casi es lunes y es mejor sonreír.
Seis O’clock y es mejor levantarse y continuar.
Los manuscritos con olor a vainilla
Traen bonitos recuerdos donde descansar.
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