domingo, 8 de agosto de 2010

Vendre a decir mis promesas.

Teniendo controlada las cosas (nada es perfecto), los extraviados ojos oscuros de la chica causan en él desorden.
Eran sus esquivos labios, los cuales anhelaba, los cuales no le brindaban el sabor dulce al día a día (de todas formas  nunca desespero por la ocasión perfecta, pero la intermitente sombra del fracaso se hacía presente cada cierto tiempo, y eso si lo desesperaba).
Comenzó a escribir en una libreta su amor platónico  y cuando la acabo con un cuaderno; luego las manos los brazos, y sin darse cuenta comenzaba a escribir en el piso momentos imaginarios y declaraciones inexistentes.
Le gustaría saber que todo es verdad, que no es un sueño, que no es un mensaje sin respuesta ...
"Diablos - dice - es que la chica me vuelve idiota, estúpido  loco; una acción ezquizoide aunque un poco narcisista, sin malas intenciones, solo ideas torpes" ...

¿Cuando se atreverá decirle todo? , ¡ Hasta cuando contendrá el te quiero!


Yo solo espero que no lo diga tarde ...

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