De esa nostalgia que no sentía, un tequiero que extrañaba, un abrazo potente, un secreto al final del día. Una discusión apresurada, un paseo por los melancólicos rincones de una ciudad plagada de imágenes encarnadas, un muro cibernetico y su caos espiritual para mi gelatinoso temple, un suspiro cada 15 minutos me recuerdan que el sol pega fuerte, que si no busco la sombra me quemare en los iluminados y solitarios caminos de la misma compasión y los méritos de la estima evolutiva: Que basura los métodos modernos de auto realización, que te ayudan a crecer y ser más fuerte, y uno no sabe hasta cuando puede mantener el pecho inflado...-
Con aire.
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