Uno que piensa al voleo sobre las cosas importantes, deja al final la sustancia y se compromete a dar pequeñas formas de placer al cuerpo, se contradice con los propios sentimientos y anuncia anarquía al rededor.
Y como si fuera poco, cuando el entusiasmo regresa al camino, ya está de nuevo la agonía esperando a los menos afortunados . Te vas de pronto, todo queda igual.
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