Que no te sorprendan las luces, las horas, los días: aquí no ha pasado nada.
Desde la noche que naufraga en los deseos irrepetibles, surgen convicciones imposibles, increíbles.
No te asustes, no es verdad.
La ilusoria promesa se mantendrá, por qué es la única verdad que poseemos.
No existe la posibilidad, ni las ganas, ni el amor. Lo único que qu da es la dulzura típica de un caramelo mal mordido. Entré los dientes. Sobre las muelas. Justo ahí detrás de mi que existe, donde las cosas se disuelven y se vuelven infinitas. Ahí donde solo son historias.
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