Nauseabundo reflejo de mi alma
soporta estoico los momentos
las palabras, los recuerdos, las caricias;
Mi garganta seca no contempla su existencia,
la amargura siniestra se ha hecho con mis deseos,
cuando la vida ha perdido forma,
y el tiempo sentido.
Entonces,
después de este derroche de conciencia,
este impulso de energía inútil,
abro el sendero desconocido por mi mismo
y dispongo el egoismo
a la absurda memoria.
Eres bienvenido.
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