miércoles, 21 de junio de 2017

Escritos libres

Despierta el monstruo
bajo el encantamiento fortuito
innecesario e inexistente
para mis fines melancólicos

En la promesa de la libertad
se sustenta su excusa,
para presentarse y manchar mis dedos
que transcurren suaves sobre los sueños

Pero el monstruo no logra replegarse,
aunque habita, respira, come y patalea, 
porque la doctrina indica que no está,
porque somos empiristas revolucionarios de un planeta
libre.

¿Qué queda entonces para Platón?
Lo más divertido, lo que flota sobre nuestros cráneos;
mientras paseamos tomados de la mano
ejecutando deliberadamente la oportunidad de ser felices.


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