martes, 21 de mayo de 2019

Vox populi

Temblé de miedo y tuve pánico. 
Misterios increíbles azotaron nuestra delgada ventana, las innumerables piezas que habitamos en escasos meses sirvieron de escape a la corajuda y destruida realidad. 
Los placeres me consumen y la falta de serotonina se hace sentir.
Me cuesta hablar. Me cuesta sentir. 
Así como si de pronto hubiese dejado de existir ese alguien que habito dentro de mi. 
Me llamas y me cortas. Te encuentro y no puedo verte. Los días pasan y me siento demente. Quien somos realmente? 
He evitado tanto enfrentarme a esto que perdí en verdad la cuenta. 
Dónde estamos?  Cuánto ha pasado?
Cuán importante hemos sido para el otro, y que tan trascendentales seremos para la construcción de nuestros caminos? lo hicimos y sin darnos cuenta?
La locura que traviesa se asoma en cada una de las desquiciadas carcajadas arrojadas en los rutinarios y planificados encuentros a los que nos hemos sometido una y otra vez. 
Y es al menos divertido el sentido con el cual hemos encontrado y aceptado respuestas para las sandeces de nuestro pasado. Sí, nuestro. Por que inevitablemente mis fotografías ( y las tuyas) inmersas en el recuerdo colectivo han jurado vengarse de la pensada indiferencia.  
El vaivén absurdo entre tragedia y comedia me esta consumiendo.

Temblé de miedo y tuve pánico. 
Leí tu mensaje de furia una y otra vez hasta estar seguro de lo que estaba leyendo. y bueno, ya está. 

¿Qué dice el público?

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