lunes, 1 de octubre de 2012

Sentimientos encontrados

Tras varios pasos,varios lerdos impulsos nerviosos a través de mi cerebro, tras sentarme a conocer (-me) un rato en cualquier parte bajo la luna que en ese día era inmensa, entendí lo que faltaba, y todo lo que faltaba.
Entendí el discurso al decírmelo a mi mismo, al hablar de mis sueños de niño con brutal honestidad, y de sentir la adrenalina que no sentía desde algún tiempo.
Una nerviosa adrenalina, una melancólica poesía partiendo rauda como el plomo por el aire, por las calles, por la noche, por mis temores .
Comprendí cual era el fondo del asunto y sin pensarlo seguí igual: temeroso, nervioso, callado y pensante como antes, cuando la única musa era sentir amor propio, sin seguridad de que existiera; recordé y esboce sin decorar una oda a la soledad maldita, que te hace creer invencible, creer consciente de la realidad y descargado en mundos ajenos que nunca han estado presentes; mientras la niña que me acompañaba en ese instante (más por mera cortesía que por voluntad desbordante) lloraba a escondidas por que el amor libre se escapaba a una celda en sus zapatos, para recordarle de cerca que en cada paso se asoma la tristeza.
Por que el amor es eso, una ruleta y a la vez una planta, una dado y cimiento, un monumento de piedra solida a la libertad, que engaña y es lo correcto: el amor mismo.
Por eso que en la soledad nos acompaña la sombra, para recordarnos que valemos más que uno, que no estamos solos y que podemos encontrar un amigo a nuestra espalda, siempre y cuando tengamos un poco de luz en nuestra frente.

No hay comentarios:

Publicar un comentario