lunes, 22 de abril de 2013

La ciclista

Encontrar en lugares reconditos las más increibles y abstractas sensaciones,
ridiculas posturas que nacen tras la utilización macabra del factor sorpresa,
risas endulsadas con té de limon y frutilla, besos mal escondidos,
caricias necesarias, delirios nerudianos,
me hacen creer que seria posible el idilico sueño de vivir en las nubes,
saltar por espacios abiertos perfectamente imaginados,
en circunstancias casualmente planificadas,
y por breves espacios
tomar bocanadas de aire de una dulce y nueva bicicleta inscrita en la espalda.





Demasiado extraño todo esto

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