-¿Quieres un cigarro?-
-No gracias.
-¿Te molesta si fumo?-
-No, adelante.
Nunca antes un cigarro se había consumido tan lento, él podía ver como cada fibra de papel se transformaba en ceniza, como cada seco gramo de tabaco se iluminaba para dar paso al violento ataque del humo sobre su desnudo cuerpo. Ella lo miraba con tranquilidad, sonreía y asentía con tanta naturalidad que parecía que habían hecho esto desde siempre, sin embargo, el sabía que desde el sufrido parto de su madre hace ya tantos años no se había presentado ninguna situación similar a esta.
- Hace un calor terrible acá adentro, ¿ No crees?
-Bueno, ... - Que crees, tengo sueño, estoy cansado. Perdí la cuenta, pero se que en el pasado al menos me quedaron debiendo la mitad de los besos que me prometieron después de un viaje a 10.000 pies de altura. Y si , a veces me cuesta pensar si lo que quiero es lo que realmente quiero, y lo único que tengo claro es que mis padres me llaman cada día para forzar preguntas y darme por enterado de sus malas decisiones y en futuro alegar complicidad. Lo único que tengo claro es que llevo al cotidiano la locura con la cual Kafka quemo sus obras, por que no ( a veces) quiero saber de nadie ni nada , y enfocarme en mi mismo, alejarme de lo real , pero me fuerzo y me vuelvo a forzar en aquellas decisiones espirituales que terminan por darme, a mí la certeza que de aquí en adelante debería tomar la iniciativa, pero soy muy sonso para volver a motivarme tan pronto. Lo terrible es que aparento no querer demasiado , pero en el cinismo mismo ya que soy un ambicioso, un espectador consciente de como se manifiestan las cosas y que no le dice que no a las distintas oportunidades que se presentan eventualmente; y su vestido, aún en esta pieza me produce solo más calor-... sí, creo que tienes razón.
Miro confiada, tenía justamente medidas sus palabras:
-Pues bien, vamos afuera
- De acuerdo, te advierto que por esta vez no diré nada ...
jueves, 28 de febrero de 2013
domingo, 24 de febrero de 2013
Ojos
Aquel goce que disfrutaba al emocionarme solo con clásicos y repetidos capítulos de series noventeras, cuando me mostraban desenlaces de culebrones un tanto más profundos que la aburrida tele serie nacional, llego a mi hoy.
De hecho, hasta hace un instante atrás, repetía la importancia de no involucrarse con nadie, de pelear por ti mismo para ser más grande y para ser más fuerte. Pero, si aquel indicio que quizá acabo de malinterpretar, tiene alguna cuota de verdad ... creo que hasta podría darme la oportunidad de comenzar un nuevo proceso, colindante a este.
De hecho, hasta hace un instante atrás, repetía la importancia de no involucrarse con nadie, de pelear por ti mismo para ser más grande y para ser más fuerte. Pero, si aquel indicio que quizá acabo de malinterpretar, tiene alguna cuota de verdad ... creo que hasta podría darme la oportunidad de comenzar un nuevo proceso, colindante a este.
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Tratando de guardar la compostura
sábado, 23 de febrero de 2013
Luchar contra corriente
A veces soy muy pequeño.
Tan pequeño, que me escondo tras los libros del estante de mi pieza, los cojines de la cama y una baraja de cartas.
A veces soy el rencor y el odio.
Los golpes al muro, las lecturas de momentos que no están con rabia y violencia.
A veces soy un estornudo.
Un ruido fuerte y breve en la boca de cualquier ser, una advertencia de una enfermedad o una reacción involuntaria tras un gesto de la brisa.
A veces soy la alegría.
La risa y el encanto, el amor mismo.
En ocasiones, bueno, casi todo el tiempo, trato de ser yo mismo.
viernes, 22 de febrero de 2013
Correr
Desvincularse de la realidad y perderse en un anestesiado viaje de drogas y alcohol, bailar en el parque , olvidar los caminos, acostarse en la tierra, entrar a cuartos obscuros, someter a tu cuerpo a un duro entrenamiento y volver a recorrer este sendero que me enseña las cosas que no aprendí.
Perderse. Olvidarse. Reír. Correr... Entender que aquello que me ocurrió instantáneamente es la promesa de un mejor mañana:
"Corrí... corrí hasta que mis músculos ardían y mis venas bombeaban ácido de batería, y luego... seguí corriendo." -
Perderse. Olvidarse. Reír. Correr... Entender que aquello que me ocurrió instantáneamente es la promesa de un mejor mañana:
"Corrí... corrí hasta que mis músculos ardían y mis venas bombeaban ácido de batería, y luego... seguí corriendo." -
jueves, 7 de febrero de 2013
A la gente buena les pasan cosas malas
Por estos días es común ver relaciones incestuosas, amores de verano en pleno invierno y felpudos coreanos mitigando la falta de razón en relaciones juveniles.
Por estos días es común ver como jóvenes idealistas conservan la idea de las lecturas obligatorias: el amor romántico de una Julieta, la obstinación hidalga del quijote.
Por estos días es fácil enamorarse y que destruyan tu corazón.
Criados por una ruidosa caja y falsas ausencias de afecto (para luego justificar su vida y acciones en búsqueda de emociones como una compensación al cruel destino cuya maldad a dirigido sus vidas a un abismo de soledad y penumbras) , crecen a la par de quienes forman su vida en letras y ambiciones poéticas, justas para soportar cualquier gigante de sombra que invada un querer confirmado. Dramáticamente, estas personas unes sus vidas - cual perdición griega con juegos de hilos - para complementarse y ser tremendamente felices en intensos intervalos de pasión y sangre. No ha de extrañarnos entonces que tal unión conlleve erróneamente el brutal enloquecimiento de una de estas partes ( pensante en demasía, idealista e idiota) y el aburrimiento de la otra (quien más fría, entiende pretende "vivir").
Esto es, fundamentalmente, el hecho por el cual se lastima a gran parte de esta generación quienes, cegados y convencidos del profundo amor reciproco de una relación jovial ( y casi pueril) entregan su corazón como deposito a plazo, para retirarlo mucho tiempo más tarde en un tiempo indefinido.
Y el amor sigue siendo lo mismo. Y la locura se apodera de la gente buena. Y las aventuras las vivenlas malas personas aquellos individuos de las cuales la gente buena se enamora, sin medir que el gran amor que por ellos se profesaba se mantiene como una braza latente, que se va humedeciendo y de a poco se pudre por dentro (esto no es tan dramático). que se apodera de los buenos momentos por instantes; breves y emotivos minutos.
Amor, y si vienes a verme un ratito?
Por estos días es común ver como jóvenes idealistas conservan la idea de las lecturas obligatorias: el amor romántico de una Julieta, la obstinación hidalga del quijote.
Por estos días es fácil enamorarse y que destruyan tu corazón.
Criados por una ruidosa caja y falsas ausencias de afecto (para luego justificar su vida y acciones en búsqueda de emociones como una compensación al cruel destino cuya maldad a dirigido sus vidas a un abismo de soledad y penumbras) , crecen a la par de quienes forman su vida en letras y ambiciones poéticas, justas para soportar cualquier gigante de sombra que invada un querer confirmado. Dramáticamente, estas personas unes sus vidas - cual perdición griega con juegos de hilos - para complementarse y ser tremendamente felices en intensos intervalos de pasión y sangre. No ha de extrañarnos entonces que tal unión conlleve erróneamente el brutal enloquecimiento de una de estas partes ( pensante en demasía, idealista e idiota) y el aburrimiento de la otra (quien más fría, entiende pretende "vivir").
Esto es, fundamentalmente, el hecho por el cual se lastima a gran parte de esta generación quienes, cegados y convencidos del profundo amor reciproco de una relación jovial ( y casi pueril) entregan su corazón como deposito a plazo, para retirarlo mucho tiempo más tarde en un tiempo indefinido.
Y el amor sigue siendo lo mismo. Y la locura se apodera de la gente buena. Y las aventuras las viven
Amor, y si vienes a verme un ratito?
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