-¿Quieres un cigarro?-
-No gracias.
-¿Te molesta si fumo?-
-No, adelante.
Nunca antes un cigarro se había consumido tan lento, él podía ver como cada fibra de papel se transformaba en ceniza, como cada seco gramo de tabaco se iluminaba para dar paso al violento ataque del humo sobre su desnudo cuerpo. Ella lo miraba con tranquilidad, sonreía y asentía con tanta naturalidad que parecía que habían hecho esto desde siempre, sin embargo, el sabía que desde el sufrido parto de su madre hace ya tantos años no se había presentado ninguna situación similar a esta.
- Hace un calor terrible acá adentro, ¿ No crees?
-Bueno, ... - Que crees, tengo sueño, estoy cansado. Perdí la cuenta, pero se que en el pasado al menos me quedaron debiendo la mitad de los besos que me prometieron después de un viaje a 10.000 pies de altura. Y si , a veces me cuesta pensar si lo que quiero es lo que realmente quiero, y lo único que tengo claro es que mis padres me llaman cada día para forzar preguntas y darme por enterado de sus malas decisiones y en futuro alegar complicidad. Lo único que tengo claro es que llevo al cotidiano la locura con la cual Kafka quemo sus obras, por que no ( a veces) quiero saber de nadie ni nada , y enfocarme en mi mismo, alejarme de lo real , pero me fuerzo y me vuelvo a forzar en aquellas decisiones espirituales que terminan por darme, a mí la certeza que de aquí en adelante debería tomar la iniciativa, pero soy muy sonso para volver a motivarme tan pronto. Lo terrible es que aparento no querer demasiado , pero en el cinismo mismo ya que soy un ambicioso, un espectador consciente de como se manifiestan las cosas y que no le dice que no a las distintas oportunidades que se presentan eventualmente; y su vestido, aún en esta pieza me produce solo más calor-... sí, creo que tienes razón.
Miro confiada, tenía justamente medidas sus palabras:
-Pues bien, vamos afuera
- De acuerdo, te advierto que por esta vez no diré nada ...
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