Con lentos, constantes y esforzados golpes en su pecho
ilumina lo que los ojos no ven.
Comienza a respirar y sus pueriles suspiros
ya son muestra de decepción.
Y es que siente su alrededor frío,
muy distinto al lugar que asimilaba como hogar.
A pesar de esto, comprende su objetivo.
Está en el mantener la luz encendida hasta el final de sus días,
o apagarla en el transcurso de estos.
Esta en crear más sendas o arruinarlas.
Todo es tan complejo.
Todo es tan simple a la vez.
Ahora solo reposa en esas firmes manos que lo sostienen.
Luego seran estas mismas las que le mostraran el camino que viene.
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